Son tiempos para la viña!!!

Por Gregorio Gordaliza Valbuena.

Con esta afirmación, no sólo quiero referirme a que estamos en uno de los momentos de  mayor desarrollo vegetativo de la planta, que por cierto, ha brotado de una manera más  regular y homogénea de lo que se pudiese esperar, después del «terroríficos año pasado» sino  por que también los diferentes interlocutores de este, nuestro sector, están empezando a dar la  importancia que se merece, y que un servidor lleva mucho tiempo demandando, a la viña.  

 En las últimas décadas llevamos observando cómo una gran parte del dinero del sector iba  a parar a la construcción de faraónicas bodegas firmadas por arquitectos del mayor  relumbrón, en las que en muchos casos se ha antepuesto la estética a la funcionalidad, y me  estoy acordando de una bodega, donde su mayor producción en ese momento era la  elaboración de maceraciones carbonicas y que después de acometer la nueva bodega, el  arquitecto no había previsto el llenado de los depósitos con uva entera y nos las veíamos  canutas, y perdón por la expresión, para poder afrontar dicha elaboración.  

 Por otro lado, hemos visto como las bodegas han desarrollado proyectos de i+d+i siempre  en temas relacionados con el vino, en la búsqueda de mayores aromas, mayor color…etc, e  incluso también hemos visto como las revistas y prensa especializada sacaba en sus portadas  a enólogos reputados que hablaban de sus vinos, como hijos pequeños, salidos de no sé muy  bien dónde.  

 Todo esto, por otro lado, está muy bien, y seamos justo en darle la importancia que se  merece, puesto que ha ayudado a posicionar al sector en boca de mucha gente, pero sin  embargo siempre se ha pasado por alto o muy de refilón, el factor más importante de la  cadena, que es el viñedo.  

 Afortunadamente, en los últimos tiempos, parece ser que esta tendencia se está revertiendo  y el viñedo está mucho más presente en bocas de estos «influencers» que le están dando la  importancia que se merece. No hay visita de «americanos» que se precie, que no prefieran  primero pasar por el viñedo, antes que por la bodega, pudiendo conseguir con esta visita  previa, las características de los vinos que se hacen en la bodega y también darles una  explicación real de las diferencias de precio en cada referencia. Por fin se han dado cuenta, que las bodegas, prácticamente son iguales en todos los lugares, ya que todas contienen  depósitos, barricas, huevos… etc, algunas más bonitas que otras, y hay que decirlo, pero la  esencia es la misma. Lo único que cambia en cada zona, región, provincia…etc es nuestro  viñedo, en algunos casos, cambian las variedades, en otras el sistema de conducción, en otras  su distribución en el terreno, la naturaleza de los suelos donde están ancladas…y que a parte  dar una riqueza paisajistica inigualable, conceden a cada terruño una diferenciación y una  riqueza que es la que nos puede hacer grandes.  

 Desde hace algún tiempo, ya hay bodegas que invierten parte de sus presupuestos de  investigación en el campo, contratan asesores, ingenieros agrónomos , técnicos que les ayuden  a potenciar ese patrimonio y esa diferenciación.  

 Ahora solo falta que algunas de esas revistas especializadas saquen en sus portadas a los  mejores viticultores, ingenieros o técnicos de campo, como ejemplo de esfuerzo, dedicación y  trabajo, pero eso ya es harina de otro costal, conformémonos en que empiezan a dar al  viñedo la impronta reinante que se merece, por qué, que yo sepa, el vino todavía se obtiene  de la uva. 

22 de Mayo de 2018

Artículo publicado en Diario de La Rioja.