Un verano lleno de sobresaltos

Por Gregorio Gordaliza Valbuena.

El pasado 21 de septiembre dimos por finalizado el verano 2017, tal y como empezó. Un verano lleno de sobresaltos que abarcaban y abarcan aspectos de la vida político social  española, con tensiones entre diferentes partes de nuestra geografía (no quiero pronunciarme al respecto), con mortales terremotos, huracanes, tensiones entre el hombre del pelo naranja y un coreano gordo y malo, atentados terroristas sin ningún escrúpulo ( si se puede tener escrúpulos cuando  matas a alguien) y un sinfín de cosas más, que nos han obligado en muchos casos a desconectarnos de televisión, prensa, escrita o digital, para conseguir vivir un poquito mas tranquilos.

En esa búsqueda de mi tranquilidad yo me adentraba en mis viñas con el objeto de alejarme de esas tensiones que se vivían en la calle (me tocó ir a Cataluña a trabajar  en esos días convulsos y se palpaba una tensión que yo nunca había visto ni sentido), pero para todo mi asombro y desesperación, en el campo tampoco se estaba tranquilo. Y la culpa era la maldita helada, que nos dejo a todos congelados , la noche del fatídico 28 de abril. Me acuerdo que al día siguiente, subí a ver los viñedos afectados de la Rioja Alta y Alavesa y compañeros de este mismo periódico me llamaron para que evaluase, a simple vista, el panorama que se nos presentaba. Recuerdo que al periodista le comente que el grado de afectación era enorme y que creía que podía llegar al 90 % de daño en los viñedos afectado. Después de mi salieron otros colegas asesores y técnicos a dar sus opiniones comentando que era todavía pronto para evaluar el daño y que lo veríamos a lo largo de los días, pero que la viña era muy dura y que saldría adelante, con un daño final bastante menor de lo que se podía prever en un momento y que debíamos de no ser tan alarmistas.

El caso es que a mi  el daño  me pareció brutal, yo no había visto nunca, en mis 15 años  de profesión, una helada tan fuerte y devastadora, que además pillo a la viña en su momento mas sensible. Desgraciadamente el tiempo me ha dado la razón y el daño que vaticiné en un primer momento se acercó mucho al real.

Todos a lo largo del verano observábamos que los brotes nuevos, en muchísimos casos, siempre y cuando saliesen, venían sin ningún racimo o en el caso de que se viese alguno, este nunca llegaba a un buen puerto, es decir, a configurar un autentico racimo.

Además como invitado a esta desagradable fiesta se nos juntó una sequía tal, que hacía que las plantas estuviesen aún mas débiles de lo que la propia helada les había dejado.

Ante esta tesitura, aparecieron los tópicos y los típicos, que se aventuraban a decir que al menos, en este estado, las uvas supervivientes se pagarían muy caras y que había que poner al mal tiempo buena cara…en fin el que no se consuela es por que no quiere. 

Así que con esa cantinela del precio y con la esperanza de tener mas uva de la que ,engañándonos a nosotros mismos, veíamos, hemos ido pasando el verano. Afortunadamente para el sector hemos aprendido de los errores y no hemos repetido el boom que se origino en los precios de la uva, también curiosamente después de otra helada, aunque no tan fuerte como esta, a finales de los años 90 y que fue la causante de la crisis del sector vitivinícola que se origino posteriormente. Desde todos los estamentos vinculados al Rioja se ha aconsejado por una cautela en los precios que no nos perjudique para un futuro, ya que los precios medios de venta del vino de Rioja en el mundo (se pueden ver las estadísticas del Consejo) no nos da demasiado margen de maniobra. Afortunadamente, esos precios se han moderado, asumiendo la lógica y razonada subida cuando se produce un efecto de demanda, mas que de oferta. Pero lo que si se ha confirmado es que la helada fue devastadora y brutal, que ha marcando la vendimia, para desesperación de viticultores y bodegueros, y que por desgracia marcará la evolución de  nuestros viñedos en el próximo año y aún mas, si como se ha predecido, será un otoño seco. Esperemos que en los otros aspectos, al menos este otoño, que acabamos de estrenar, sean algo mas tranquilos, para alivio de todos,  que en este extraño verano del 2017.

26 de Septiembre de 2017

Artículo publicado en Diario de La Rioja.